miércoles, 22 de abril de 2009

EL JAGUAR (PANTHERA ONCA)


El yaguar, yaguareté o jaguar (Panthera onca), conocido en Perú como otorongo (del quechua uturunku) y jaguarete en Paraguay es uno de los grandes felinos del género Panthera. Es el único de éste género que se encuentra en América. Es el tercer felino más grande, después del tigre y el león, y el más grande y poderoso del Nuevo Mundo.
Actualmente, se le puede encontrar desde
México y gran parte de Centroamérica hasta el sur de Paraguay y el norte de Argentina. Exceptuando algunas poblaciones en Arizona (suroeste de Tucson), esta especie ya ha sido exterminada de los Estados Unidos desde los años 1900. Sin embargo, es muy probable (dadas las poblaciones registradas en el suroeste de Arizona) que existan poblaciones de esta especie en otras regiones del suroeste de Arizona, Nuevo México y posiblemente Texas, que no hayan sido estudiadas.
Aunque se asemeja mucho en apariencia al leopardo o pantera del
Viejo Mundo (Panthera pardus), con el cual se encuentra emparentado, su papel ecológico y comportamiento son más acordes a los del tigre (Panthera tigris), Si bien el jaguar prefiere los bosques densos y lluviosos, el hábitat del jaguar abarca una gran variedad de terrenos boscosos y abiertos. Generalmente prefieren vivir cerca de ríos y pantanos; por lo que, al igual que el tigre, es evidente que a estos felinos les gusta nadar. El jaguar es un cazador solitario y oportunista. Acecha a sus presas para, luego, emboscarlas. Siendo un superdepredador y una especie clave, juega un papel importante en la estabilización de los ecosistemas regulando las poblaciones de las especies que depreda. Posee la estructura mandibular más poderosa de todos los felinos y el mayor peso relativo de la cabeza, lo que le proporciona su perfil característico. La fortaleza de estas mandíbulas le permite, por efecto palanca, atravesar el caparazón de una tortuga o de un armadillo y emplear un inusual método de matanza: sus mandíbulas atraviesan el cráneo de la víctima de oreja a oreja, propinando un daño fatal a su cerebro.
El jaguar está comenzando a ser una
especie amenazada y su número está en declive. Entre los factores que la amenazan, se encuentran la pérdida y fragmentación de su hábitat. Aún cuando el comercio internacional de jaguares o sus partes está prohibido, sigue siendo asesinado con frecuencia, particularmente en conflictos con rancheros y granjeros de Suramérica.
Aunque disminuída, la distribución del jaguar en América sigue siendo amplia. A lo largo de la historia, esta distribución le a dado un lugar destacado en la mitología de numerosas
culturas indígenas americanas; entre ellas: la Maya y la Azteca.
Habita principalmente las zonas
selváticas, donde es el mayor depredador, junto al caimán.

La P. onca es el mayor de los felinos de América, midiendo entre 220 y 250 cm desde la nariz hasta la punta de la cola de longitud en su etapa adulta; puede llegar a medir 80 cm de altura en la cruz, y pesar normalmente entre 57 y 113 kg, e incluso hasta 150 kg en algunos casos. Posee la estructura mandibular más poderosa de todos los felinos, y el mayor peso relativo de la cabeza, lo que le proporciona su perfil característico, la fortaleza de estas mandíbulas le permite, por efecto palanca, atravesar el caparazón de una tortuga o de un armadillo, la apertura de sus fauces puede alcanzar un ángulo de 70 grados.
Aunque se asemeja mucho en apariencia al leopardo o pantera del Viejo Mundo (
Panthera pardus), con el cual se encuentra emparentado, su papel ecológico y comportamiento son más acordes a los del tigre (Panthera tigris), puesto que son predominantemente terrestres y carecen de predadores o competidores naturales, al ser el resto de los felinos americanos significativamente más pequeños. Como los otros felinos del género Panthera el hueso hioides del yaguar está unido a la laringe mediante ligamentos lo cual le permite rugir, es el único felino americano con esta capacidad.
Su
hábitat actual varía desde la selva tropical de Centro y Sudamérica al campo abierto, pero muy rara vez son vistos en zonas montañosas, en donde predomina el puma (Puma concolor). Conocidos por su habilidad para nadar y trepar, generalmente prefieren vivir cerca de ríos, pantanos y en bosques frondosos con vegetación espesa para acechar a sus presas.
La P. onca es un cazador solitario y focal, realizando para ello grandes marchas durante una jornada (incluyendo la noche) y no se relacionan con otros de su especie más allá de la época de apareamiento; generalmente caza presas grandes como
venados, tapires, capibaras o pecaríes; aunque suelen atrapar cualquier animal, desde ranas y ratones a aves, peces y animales domésticos. En total el jaguar da caza a más de 80 especies (más que el león y el tigre). Puede cazar cocodrilos y enormes serpientes.
Al estar habituado a
biomas selváticos con poca luz (aunque su área de dispersión llegó a abarcar praderas y estepas), posee ojos nictalopes, que permiten una notable visión en la oscuridad, merced a una membrana reflectante en el fondo del ojo que concentra la luz en el campo focal de la retina. Por otra parte, y a diferencia de otros felinos, son excelentes nadadores y están también adaptados para la caza de presas acuáticas y subacuáticas desde la superficie; en tales casos, las vibraciones de los peces, yacarés y tortugas les llegan nítidamente a través de sus patas y bigotes. El olfato del jaguar está muy bien desarrollado y puede detectar el olor de sus presas a grandes distancias, en tales casos abre la boca para facilitar la recepción de las moléculas odoríferas por sus órganos olfativos.
El fondo de su piel es a menudo de un color
amarillo-anaranjado, con numerosos anillos o rosetas a los costados y manchas sobre la cabeza y el cuello. Es posible distinguir un P. onca de un P. pardus por la presencia de puntos dentro de las rosetas. Una condición conocida como melanismo puede causar que una P. onca se vea completamente negra (aunque las manchas permanecen visibles si se observa detenidamente). Estos ejemplares son conocidos como panteras negras, pero no conforman una especie distinta. En el Paraguay y Noreste de Argentina los ejemplares con melanismo son llamados con el nombre de origen guaraní yaguá'hú mientras que los de manchas comunes son llamados yaguará'pará.
Los machos jóvenes alcanzan la madurez sexual a los tres años de edad aproximadamente, y las hembras cerca de un año antes. Las hembras dan a luz camadas promedio de 2 a 3 cachorros teniendo hasta cuatro crías después de 92-115 días de gestación. Los jóvenes pueden ver a las dos semanas de vida, permaneciendo con la madre por un tiempo largo, de hasta dos años, antes de comenzar a establecer un territorio propio, el cual puede medir entre 25 y 150
km² (dependiendo de la disponibilidad de presa adecuada). En cautiverio, pueden vivir hasta 20 años.
Aunque en la mayoría de los países en donde habita su caza es ilegal el jaguar se encuentra en peligro de extinción. Sus amenazas más importantes son la deforestación y la caza de la que es objeto.
La pérdida de hábitat es una gran amenaza para este felino. La selva tropical se destruye a pasos agigantados y se va transformando en prados donde las reses pastan. Al perder su hábitat los jaguares se quedan sin presas y se ven obligados a cazar animales de granja, cuando el granjero encuentra al jaguar normalmente lo mata.
La pérdida de hábitat reduce el territorio disponible para los jaguares, un estudio reveló que un macho necesita entre 50 y 100km² para él solo y así poder cazar, las hembras necesitan en torno a 25km². Si el espacio disponible permite que una población de x jaguares vivan allí cuando este número sea rebasado los animales excedentes se quedan sin hábitat y se ven forzados a deambular kilómetros en busca de presas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario